12 de noviembre de 2009

Sobre la influencia




Poseo la suficiente valentía y juicio para liberarme de otros maestros y críticos y seguir mi propio camino con la tranquilidad espiritual que se requiere para tal empresa, pero respecto de usted mi dependencia es insuperable; y puesto que sé el profundo efecto que cualquier palabra de usted puede tener en mí, a veces me esfuerzo por sacarlo de mi mente para no ser vencido por la ansiedad, tal preocupación es la muerte del arte, y comprendo perfectamente bien por qué es más difícil darle expresión adecuada a la naturaleza cuando el artista se encuentra rodeado por obras maestras, que cuando se encuentra virtualmente solo en el mundo. Se encuentra demasiado involucrado con la naturaleza, demasiado conectado con ella, como para considerar la necesidad de rebelarse contra su autoridad o de someterse a ella. Pero esta terrible alternativa es casi inevitable cuando el artista joven está expuesto al genio maduro de un maestro, el cual es más fuerte y comprensible que la naturaleza, y por lo tanto más capaz de esclavizarlo. No es ya el caso de un niño que juega con otro niño -el primitivo equilibrio alcanzado por el artista primerizo con su mundo ya no impera. El niño ahora tiene tratos con hombres con quienes probablemente jamás tendrá la suficiente familiaridad como para olvidar su superioridad. Y si siente tal superioridad debe hacerse rebelde o servil. ¿Pero debe ser así?
(Hölderlin dirigiéndose a Schiller)

6 comentarios:

Joaquín dijo...

Naturalmente la subordinación al genio, o simplemente a los maestros que nos han precedido no es algo que debamos obviar, es el único camino. Lo dificil es soltarse de la mano de quien te guía y enfrentarte a la soledad, como el famoso "corredor de fondo".
Abrazos

LSz. dijo...

Siempre habrá un temor a lo desconocido e incomprensible. Quizá en eso radique aquello que turba y acentúa la fragilidad frente a otros.

bardo dijo...

A mi modo de ver el artista debe ser una esponja de todo lo que le rodea, ya que forma parte en su totalidad del mundo donde vive, siente y piensa... Con el conocimiento adquirido en su aprendizaje, buscar dentro lo que quiere plasmar a expensas de la crítica o interes externos. Sentirse libre en la creación,dando un trozo de si mismo en la ejecución de hacer real algo que no existe o inventar una realidad.
Un saludo.

José Antonio dijo...

Joaquín: Seguir a los grandes maestros es seductor, junto a ellos nos sentimos seguros, que damos pasos firmes, pero eso mismo nos angustia, pues entonces no seremos sino sólo a la sombra del maestro, por lo que percibimos, como un deber, sacudirse esa influencia que tanto amamos.

José Antonio dijo...

LsZ: Sí, temor a lo desconocido, pero además de fragilidad, en lo desconocido radica también el impulso de hacer las cosas: curiosidad.
Lo desconocido quizá nos atemoriza porque posee algo que nos negamos reconocer de nosotros mismos.

José Antonio dijo...

El otro: El artista debe ser una esponja, claro, pero debe ser una esponja crítica. No debe contener en sí todo lo que le rodea, sino aquello que, por formación, puede penetrar en ella. Eso sería la influencia, pues sólo nos dejamos influir por aquellos que previamente hemos seleccionado, no por todos. Mas, para sentirse libre, como diría Perogrullo, hay que primeramente estar atado.