31 de agosto de 2006

Ubicación

¿Cuál es mi lugar?, ¿Qué papel desempeño?, ¿Lo aceptaré? A lo largo del tiempo uno llega a realizarse diferentes preguntas, uno emprende la duda de manera sistemática para buscar cada entraña que uno posee.

Pero el lugar en el cual esta uno, no siempre es reconocido, por que no se conocen los detalles del mismo, debemos saber que detrás de toda apariencia se encuentra el lugar correcto para nosotros. En el lugar que nos corresponde podremos ver los detalles que nos indiquen la comprensión de la vida y nos lleven a la respuesta de la otra pregunta pues sólo en el lugar correcto podemos conocer el papel que desepañemos.

Al notar cual es nuestro papel, podemos dedicarnos con mayor ahínco al perfeccionamiento del mismo. La perfección lo es todo. El papel que realizamos, si lo hacemos de manera conciente, nos brinda grandes posibilidades, ésto se da con un sentido lógico, la dirección de nuestra interpretación será cualquier otra y no la que nos dicten las circunstancias, así los posibles miedos no serán barreras y los distinguiremos como defectos que podemos sortear.

Analizemos los siguiente: cuando uno no está en el lugar adecuado se deja guiar por la corriente y vive como se presentan los fenómenos, un continuo acción-reacción, por ejemplo: el policia sigue un individuo por la acción sospechosa emprendida por este último; tengo necesidad de ruído por que me siento solo, entonces enciendo la radio, el televisor, voy al cine, a la plaza comercial, busco grupos con los cuales llenar mi vacío, cuando debería empreder las acciones anteriores por el placer de hacerlas, sin embargo, se emprenden por una reacción al sentimiento de vacío.

Así al pasar el tiempo y no haber satisfecho las necesidades, huímos y creamos ilusiones que nos atemorizan. El miedo nos da entonces la acción (el agente activo) y buscamos la justificación (el agente pasivo), justificamos nuestro comportamiento, nuestras palabras, nuestras elecciones, gustos, cualquier placer por más nimio que sea. Al vivir en este círculo, forzamos a los de nuestro alrededor a realizar lo mismo. Los hombre vivimos dentro de un conjunto de convenciones el cual llamamos equivocamente “lo correcto” o “lo verdadero”, creemos que todo debe ser guiado por la convención y cuando algo no se adecua a ella, entonces lo juzgamos emitiendo un veredicto negativo al objeto juzgado.

Buscar el espacio adecuado, el papel que desempeñamos en el, es una rebelión a las normas, una emancipación que nos liberará del yugo de las acciones reaccionarias, la dirección la poseeremos nosotros y estaremos listo para darle significado a dicha dirección. El significado importa solo por el hecho de ubicarnos dentro del espectaculo, si no, toda acción emprendida no será reelevante y carecerá del rito primigeo del cuál partimos. Con el significado -verbo encarnado-, podemos llevar a cabo la emancipación completa pero la respuesta siguiente demostará la valentia, no a los demás, eso no es significativo, sino debemos demostrarnos valentia a nosostros, ¡Nos debemos solo a nosotros!, después al mundo. La valentia será cuando aceptemos el significado, es decir, cuando el lugar, el papel, sea aceptado como el conjunto que nos representa.

28 de agosto de 2006

Búsqueda

Serena el día y concede a nuestros ojos
el don inefable de mirar con claridad.
 
Después, haznos morir, si así lo deseas... 
Homero, Íliada, Canto, XVII.



Yo soy el que se inmola,
el que derrama ceniza,
el que se disuelve
apenas toca el río,
el que navegará como serpiente.

Yo soy el que camina
sobre la roca,
en el árbol
anda el viento
y ruega en mi nombre.

Tres rocas indicaron
un camino que no encuentro.
La primera se quebró en el norte,
cada parte señala una hoguera,
de una saldrá un nombre.
Destino que debo invocar.

La segunda rodó por el sur
hasta caer en la boca del pez.
En su vientre llevará luz.

La tercera la robó un mercader,
¿dónde estará mi vigor?,
caja de roca
para cincelar oraciones.

El viento gritó en mi nombre,
una roca se quebró
otra adormece el agua
y otra se balancea
en manos distintas a las mías.
Un camino señalaron
pero nunca poseí los dones
para seguir paso a paso
las huellas de la niebla.

En un minuto lloverán luciérnagas,
pero en mis ojos
caerán las plegarias,
señales
de un viaje nocturno
que perdí
al llegar del monte.

Nunca pedí más
de lo escrito
en la corteza de un pino.
Nunca deseé más agua
del fruto prohibido.
Nunca rescate un sueño
que no tocara la almohada.

La tarde se detuvo,
en mi marquesina
compartimos palabras,
oraciones
a la noche, al mediodía
los sueños vendrán voraces
pero ninguno estará mañana.

Alta fue mi pretensión
lejana, mi estrella.

18 de agosto de 2006

Búsqueda: Proemio

¿por que me trajiste, padre,
a la ciudad?
Rafael Alberti

PROEMIO

I

Yo soy el que se inmola,
el que esparce ceniza
y se disuelve en el río.
El que navegará
como serpiente.

II

Yo soy el que camina
sobre la roca,
en los árboles
anda el viento
y ruega en mi nombre.

1 de agosto de 2006

Notas sobre Alfonso Reyes

Alfonso Reyes fue una de las grandes figuras de la lengua española. Nacido en la ciudad de Monterrey, ingresó en el cuerpo diplomático mexicano y viajó a Francia, España, Argentina y Brasil. De gran influencia en la literatura de México y Latinoamerica, su pensamiento se encuentra en Octavio Paz, José Vasconcelos, entre otros. Fue Fundador del Ateneo de la Juventud que más tarde se llamaría el Ateneo de México, foco de la lucha intelectual del país en la época anterior a la Revolución. Las siguientes citas fueron tomadas de su antología:

"Lo que al poeta importa es evitar que el espíritu ceda a su declinación natural, a su pureza cósmica."


"El arte poética [...] es un jugar [...] más sutil porque es jugar con fuego. Y el fuego entregado a sí mismo, ya se sabe, sólo se consume."


"Al poeta no puede serle [...] indiferente el elemento formal: en la religión, el rito; en la idea, la palabra; en el arte, la línea; en el alma, el cuerpo."


"El poeta no debe confiarse demasiado en la poesía como estado del alma, y en cambio debe insistir mucho en la poesía como efecto de palabras."
"El artista llega a la libertad; produce libertad (o mejor, liberación) como término de su obra, pero no opera en la libertad [...]: es un valiente."
"Por una parte, el hombre ha hecho el habla; por otra, el habla ha hecho al hombre. El que deseaba labrar una estatua hizo un cincel: el cincel lo hizo poco a poco escultor."