17 de diciembre de 2006

Sistemas Computacionales

Recien que llegué a Madrid, realizé un pequeño escrito, pudiese llegar a un ensayo pero eso será con el tiempo, acerca de los sistemas computacionales:

Un sistema computacional es aquel que realiza una representación de la realidad y tiene un inicio y un fin objetivos, tratando de reducir el error o los errores que se presenten, entendiendo por ello aquello que nos desvía de alcanzar el objetivo, por ello puedo decir que un sistema computacional es ésteril.
¿Pero de qué trata todo esto? Pues, de métodos y herramientas que nos permitan el uso de una tecnología capaz de hacer un desarrollo fiel de lo que se pretende representar, haciendo más ágiles los procesos en comparación con su antecesor, ir fielmente al objetivo trazado para su desarrollo, reducir los errores,desviaciones, de su antecesor.


Hasta aquí el pequeño texto, luego comencé a contrastar esto con la poética, pero eso lo pondré en una entrada posterior.

6 de diciembre de 2006

Poema: La Calle

Este poema aún esta en su fase de gestación, pero por razones personales, decido publicarlo aqui antes de tiempo, el título es pensado rápidamente, quizas merezca otro, ya su propia voz lo dirá:


Tal vez no escriba tanto como el pasado mediodía
en que celebramos con mandarinas
tus y mis sonrisas casí estáticas
pero ahora volteo más a la calle.

Tanto he dejado de hacer
para observar el otro lado de las avenidas,
la esquina que nunca se visita.

Los peatones pasan con prisa
y yo los veo, fui uno como ellos,
y ahora después de tanto, aún lo soy.
Nada cambió. sólo dejé de realizar algunas cosas.

Tal vez ahora lea poco
pero tantos libros se apilan en mís manos
y tocan el techo cada vez que doy un paso.

Al escribir ésto me pregunto: ¿Dónde está el fuego,
el sol, el viento, las rocas
y la luna?
¿Dónde está el rito?
Aquí sólo encuentro calles,
algunas desiertas, otras
con gente sin el silencio en los bolsillos.

Todo óceano separa
y une la tierra con sus ondulaciones.

El profesor levanta la voz
y aclama cosas que no veré nunca.

Los jovenes andan en sus patinetas,
atraviesan la hojarasca y escapan,
otro homicidio más y no interesa a nadie.

Tal vez mi comida sea agria
o no tenga sabor
o no este bien cocinada,
pero es lo único que tengo
y lo poco que poseo
son recetas escritas en camisas que ya no uso.

¡Los invito a todos al convite!
será mañana, (no les fallaré en esta ocasión),
después del mediodía, habrá hojarasca fresca
que aún no ha caído del árbol,
la bebida pueden traerla ustedes,
yo no volveré a beber.

Tal vez perdí a mi mujer
y ya nunca más le vea
pero toco en las noches sus pechos
y le hago el amor
hasta agotarme,
sí, tal vez ella no diga nada,
nunca lo hace,
pero sé que me ama aún bajo la sábana.

Tal vez he llorado mucho
y me duelan mis ojos durante meses,
pero he dejado todas mis pertenencias
y me he alejado
de aquellos lugares donde siempre hubo sequía.

Los cables électricos se esconden bajo la calle,
igual que la tubería del agua,
yo los veo desde mi primer piso,
veo cada molécula, bacteria y átomo,
quisiera tomar algunas partículas para coleccionarlas
pero mi habitación está repleta de cosas inútiles
que cuando las veo, les doy valor y no las desecho.

La calle está llena de basura
pero hoy por la tarde, vi dos objetos luminosos
y he tomado para mí todo lo que había en una maleta,
los abrigos calientan más en el día que en la noche,
en la oscuridad, sólo una camiseta basta.

Tal vez jamás volverá mi cartera a estar llena de billetes
y desde hoy, sólo poseeré céntimos
grabados con rostros de mirar indiferente,
pero en mis bolsillos cabrá aquello que desprecié por un vaso de vino,
aquello que una tarde en la que bebí sólo agua, no pude tener en mi boca.

He dicho que hoy leo poco,
y ya no vuelvo a lo que antes me confortó,
sé que me falta mucho
y que mucho de eso no lo tendré,
pero tanto hoy conozco de tu boca,
sí, la tuya, la que abandoné
o la que he pretendido abandonar
y que nunca me deja.

Yo no soy grande,
siempre depende contra que me compare,
pero ya no quiero compararme, estoy cansado
de talar todas las mañanas,
estoy cansado de colocar antenas antes del alba.

Yo me propongo seguir, ir más allá de la calle
donde un vendedor fue arruinado por el oro no poseído,
donde un conductor sin pista, pronto dió su vida.
Sólo seguir, no conozco otro oficio,
caminar en cualquier clima me enseñó el arcano.

Tal vez mi sangre posea otros colores,
figuras que danzaron en la noche
y que cayeron en un lago
con destinos que se juntaron en un río inmenso.
Es cierto, no he visto sus pisadas,
arcilla quebradiza tuve en mi mano,
y los relatos de otro pueblo me llevaron lejos,
tal vez no llegue nunca a esa calle
donde el comerciante oferta arcilla,
la única de buen olor para mi olfato,
por que yo, perdido
en bibliotecas de mármol
deseo construir una de arcilla y piedra vólcanica.

Las voces se confunden como cuando cayó la torre,
afuera está todo, le llamo calle, avenida, bulevard,
un nombre que el óceano no contiene.
Yo ya no sueño tanto,
pero no deseo despertar pronto,
tantas cosas veo ahora.

Madrid, Diciembre 2006