14 de mayo de 2007

Hacia el sueño...

Estos caminos se han hecho cotidianos, eso es bueno. Puedo distinguir entre lo que pienso y lo que siento, puedo trazar mis objetivos y al mismo tiempo, dirección fatídica, cuestionarlos. Pueden ser los sueños utopías, pero también oportunidades de redención, redención si hemos cometido faltas. Ver de frente a la realidad, es un sueño, una paradoja que no resuelvo.

Necedad quizás es eso de ser objetivo, una obsesión por el análisis. La poesía para mí es la forma suprema de la síntesis, la manera en que los sueños, lo deseos, la vida, quedan cristalizados. Yo, como dice el poeta, tampoco escribo para matar el tiempo ni para revivir viejas cosas, escribo para capturar el presente e ir por él a mí pasado y en esa revisión ver dónde he cometido el error, otra obsesión reaparece ahora, y contarme a mí mismo esa situación tratándola de ver, desde otra perspectiva, (sólo así, pienso, no seré desdichado enteramente como criatura mundana), y a través de ésta, presente y pasado, poder vislumbrar, develar, el porvenir, mi porvenir.

Necesidad de búsqueda, necesidad de relatarme. ¿Qué pongo en entredicho? Toda mi existencia. La angustia de los primeros días sustituida por otra y otra y otra. Necesidad de clarificar, de ponerlo en claro, mi "pasado en claro", y luego buscar nuevamente. El curso de postgrado también me obliga en sentido contrario, por ahora, al análisis. Luego sobrevendrá la síntesis. Debo tener el talante para llegar al final, aunque, la carrera nunca es hacia adelante, nada es nunca hacia adelante. El final tiene múltiples direcciones, una en particular es la mía. Lo que dicen todos no es siempre lo correcto. Pero por hacer lo correcto, lo que se dice es lo correcto, siento que no puedo proseguir.

Busco merecer lo que sueño.

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