tag:blogger.com,1999:blog-180133862024-03-14T10:19:27.312+01:00Destino / Aprendiz / Oficio de PoetaAdentro y afuera encontraba siempre otro.José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.comBlogger296125tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-64733485845235259092017-07-26T11:05:00.001+02:002017-07-26T11:07:38.585+02:00Cuando no hablo de literatura<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; font-size: 14px; white-space: pre-wrap;">No es necesario decir que este breve artículo no habla de literatura, aunque describa situaciones cotidianas, porque si habla de ella miente, y si no también. </span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; font-size: 14px; white-space: pre-wrap;">Hace unos meses un tipo se regodeaba diciendo que las situaciones que yo escribía tenían poco acento literario, o no lo tenían. Pienso que en realidad quiso decirme que los artículos deben oler a Rosa Venus para ser literarios. O, tal vez, dice mi psicólogo de los viernes, quiso matar a su padre, demoler alguna influencia maligna en su desarrollo creativo.</span><br />
<span style="background-color: white;"><span style="color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: 14px; white-space: pre-wrap;">Sea lo que quiso decir, el pagano fui yo, y sin ser un santón o un diablo, sino un apasionado a los tacos de bistec, terminé clavado a una cruz. El mentado verdugo, luego de haberme clavado sus espinas, se marchó por ahí, a un evento, me parece, y no lo he vuelto a ver, gracias a nuestro señor Baudelaire; aunque sé que anda haciendo fechorías típicas de un hipster, es decir, probablemente literarias, como me lo hizo saber aquella tarde de crucifixión.</span></span></span><br />
<span style="background-color: white;"><span style="color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: 14px; white-space: pre-wrap;">En todo caso creo que su curiosidad, si puedo llamarle así, por saber si algo es literario o no, está justificada. Sería un horror que no lo fuera, porque, mirando las cosas sin tufillo alguno, cualquier asunto puede ser literatura. Las anécdotas de Don Luis, mi globero de toda la vida, son tan literarias como lo que escribe alguien que se piensa Fabrizio del Dongo... </span></span></span><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-89484658785656300162016-12-17T20:22:00.001+01:002016-12-17T20:22:35.153+01:00No tengo la intención..., de Alejandro AuraNo tengo la intención<br />
de ser feliz<br />
pero amo a mi mujer,<br />
adoro a mis amigos,<br />
y la naturaleza,<br />
las dos naturalezas<br />
me hacen grande,<br />
como un amante futuro,<br />
antiguo y verdadero.<br />
El presente me ama.<br />
No tengo la intención<br />
de ser feliz,<br />
mi trabajo no me lo permite.<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-5749557107053972992016-12-09T09:13:00.002+01:002016-12-17T20:23:16.922+01:00Actualizaciones<br />
Uno<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Hace muchísimo tiempo que no escribía en el blog. Comencé como una forma de ejercitar la escritura. Eran ejercicios que luego se convirtieron en otra cosa: tentativas teóricas, bocetos de poemas, afiches, poemas que me encontraba y que me gustaba releer. Dejé el blog por cumplir con otros compromisos, como la tesis, pero también por desidia. Había algo que no me dejaba escribir con tanta soltura como antes. No sé, tal vez se había terminado la llama, u olvidé esta forma de dialogar conmigo mismo, qué se yo. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dos</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Hace dos semanas cumplí 34 años. Más o menos hace diez años quise emprender un sueño, que no sé muy bien si he cumplido o no. Sé que he resuelto algo de lo que proyecté, que me siento y veo muy diferente. Pero a diferencia de esos años, ya no sé si puedo ver el camino, si aún continúo en él. Tampoco sé si debo cambiar de rumbo, de ciudad, de trabajo, de todo, decía un amigo de Guadalajara. Lo fundamental es sacudirse, sentirse vivo todo el tiempo, decía. Algo de incertidumbre tengo. No sé si es miedo a los años, o un miedo menos abstracto y más tangible hacia el tiempo. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tres</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por fin salió publicado 'Río interior', mi verdadero primer libro, pienso. La edición es hermosa. Tiene tapas duras. Está a dos tintas y un dibujo poderoso ilustra la portada. Genial. De los poemas ya no sé. De algunos me siento muy lejano, mientras que otros todavía dicen cosas que no logro resolver. El libro es y no es autobiográfico, pues, responde a asuntos muy personales, que no necesariamente sucedieron. Eso lo sabe todo buen lector. Guillermo Sheridan dice que entre más personales son los poemas, menos privados son, es decir, son más públicos. Puede ser. Sin embargo, esa reflexión me inquieta desde que la leí, como si no la hubiera previsto, como si no la hubiera presentido. Más que miedo, es pudor lo que siento. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuatro</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Salí de vacaciones. Estuve en la playa unos días y me gustó la sensación, pero toda la bruma que traigo en la cabeza no me dejó disfrutar a totalidad. Hubo actividades que quise hacer y no hice. Hubo frases, poemas, que quise escribir y tampoco escribí. Pensé mucho. Eso sí. Disfruté lo más que pude, también. Pero el regreso es doloroso. Uno vuelve al ritmo cotidiano y el cuerpo lo resiente. Uno de pronto se da cuenta de que no vive en la temporalidad excepcional, donde los días son circulares como una naranja, y las emociones lo resienten. Recoge uno la emoción en donde estaba y se sabe sometido al tiempo, a los accidentes de siempre, al escrutinio, a la verba rabiosa, a la degradación climática y entonces no sé si la poesía pueda aún salvarme, porque desconozco cómo volver a un tiempo de excepción, pues parece que cuanto más me acerco a él, más distante se torna. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cinco</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pienso también en mis labores docentes. A pesar de que lo niego y digo que no me interesan en demasía, la verdad es que reflexiono mucho sobre ellas. Trato de cambiar los contenidos usuales para mostrar a los alumnos lo que a mí me emociona, lo que sé que puede emocionarlos. No salto de inmediato a los libros de 'chavos', no por malos, sino por que sé que los tienen al alcance y porque creo que una mirada a la tradición nunca sabe mal, o no debe saber mal. Pero hay algo, siempre ha habido algo en mi carácter que los aleja, que a veces los vuelve hostiles. No sé que sea, o tal vez sí, porque lucho siempre contra esa tendencia mía a la soledad, a hacerme como un armadillo, a dejarme caer en un mundo abisal y necesario para mi mitología. Tal vez eso no lo entiendan y tal vez me canso de hacerlos entender, de hacerme entender. Quizá sólo deba darle la espalda a todo eso y comenzar, o recomenzar por el principio, desde la soledad primordial, pues de pronto, como decía José Javier Villarreal, uno se sabe solo mientras más profundo cave en su pensamientos. Algo así dijo. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Seis</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Acá dejo la portada de 'Río interior'. Disponible pronto en las presentaciones, en la tienda on line de <a href="https://www.kichink.com/stores/atrasalante" target="_blank">Ediciones Atrasalante</a>, y en sus librerías favoritas. </div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://scontent-lax3-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/15107238_1285408944813717_5493518131387793419_n.jpg?oh=3606fd4631b55b245a275009890f9400&oe=58F1D6C2" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://scontent-lax3-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/15107238_1285408944813717_5493518131387793419_n.jpg?oh=3606fd4631b55b245a275009890f9400&oe=58F1D6C2" width="207" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-80840086148900751322015-01-17T20:53:00.002+01:002015-01-17T20:53:58.208+01:00Alces, Rejkyavik, de Daniel BencomoINTERIOR A<br />
<br />
Éste es el recuerdo que me queda: estábamos al alba<br />
en Mississippi<br />
o en Nebraska.<br />
Bajo el agua de aquél río que destruía,<br />
bajo cámara lenta, campo en burbujas, comprendí que todo<br />
era expresión:<br />
no congelada,<br />
en un horror tan puro que alegraba<br />
<i>I'm the fury in your head</i><br />
<i><br /></i>
por eso quise congelarlo todo: una pierna de mujer<br />
era un quinqué en alumbramiento<br />
la sombra de mi mujer nadaba en ella y en ella<br />
Willendorf golpeaba con su pecho originario<br />
<br />
una flor de hielo no es una expresión<br />
es expresión la flor de un bajo fondo<br />
de un fondo bajo<br />
donde ya no hay peces abisales<br />
donde no hay nombre para nada<br />
<br />
el fulgor: esto que llega a su pesar a la superficie.<br />
<br />
Daniel Bencomo. <i>Alces, Rejkyavik</i>. México: Libros Magenta, 2014, p. 73-74.<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-69364065413815383012014-12-17T20:11:00.001+01:002015-05-05T08:23:03.198+02:00Río interior en Círculo de PoesíaLa Revista electrónica Círculo de Poesía acaba de publicar una pequeña selección de los poemas incluidos en Río interior, libro que mereció el Premio Nacional de Poesía Sonora "Bartolomé Delgado de León" 2014. Da clic en la imagen para ir al enlace.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://circulodepoesia.com/2014/12/poesia-mexicana-jose-antonio-banda/" target="_blank"><img alt="josé antonio banda" src="http://circulodepoesia.com/wp-content/uploads/2014/12/jos%C3%A9-antonio-banda.jpg" height="144" title="http://circulodepoesia.com/2014/12/poesia-mexicana-jose-antonio-banda/" width="400" /></a></div>
<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com1Irapuato, GTO, México20.6786652 -101.3544964000000220.619242200000002 -101.43517740000001 20.7380882 -101.27381540000002tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-84992379792693620292014-12-10T08:08:00.001+01:002014-12-10T08:12:06.718+01:00Premio Nacional de Poesía Sonora 2014<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Y que me gano un premio de poesía</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivBXKnH3zjwtGKd_wsxxp3PPNcbnBjpP0G6s4u1Pm1-mBBUgzxSbUurxfnLReKs8wnxEwswRVSmXDxRatdF8leSs_bufm6yBAFnw5dsmmPAF6nnMcPoyTQglo2hcS2ARDWFQpwQw/s1600/CartelJuegosTrigales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivBXKnH3zjwtGKd_wsxxp3PPNcbnBjpP0G6s4u1Pm1-mBBUgzxSbUurxfnLReKs8wnxEwswRVSmXDxRatdF8leSs_bufm6yBAFnw5dsmmPAF6nnMcPoyTQglo2hcS2ARDWFQpwQw/s1600/CartelJuegosTrigales.jpg" height="247" width="320" /></a></div>
<br /><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-35788575465122307792014-12-03T06:44:00.002+01:002014-12-03T06:50:05.949+01:00Las cosas el camino, de Benjamín ValdiviaTodo lo que se da y todo lo que el mundo nos entrega<br />
y todo lo imposible y lo posible cuando se vierten piedras<br />
o se conocen mundos, se vierten cereales y lámparas<br />
<br />
y cosas tan comunes como beber las estrellas,<br />
todo lo ya fraguado y lo que habrems de cantar<br />
y de pedir sobre las hojas secas de aquel día.<br />
<br />
Cosas que son las cosas del camino y las voces del tiempo.<br />
Cosas que son todo y que son todo.<br />
Allí nos encontramos. Y allí nos esperamos encontrar.<br />
Benjamín Valdivia, Nuevos himnos a la noche, Mantis editores, Tlaquepaque, Jalisco, México, p. 59<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-38747863790181511992012-06-28T18:42:00.001+02:002012-07-01T09:30:19.394+02:00Cruza en silencio la palabra democrática<div style="text-align: justify;">
Acepto de todo corazón la máxima: “un pueblo culto es un pueblo libre”, y me gustaría verla puesta en práctica de un modo sistemático y honesto. Pero al tratar de cumplirla en nuestro tiempo resulta que no pocos son los gobernantes que se le oponen porque para el gobierno un pueblo instruido es un pueblo que le obligará a abandonar los privilegios de los pocos para repartir sus prebendas entre los muchos. En cualquier caso, cuando los hombres se internan en su cultura, cuando se reconocen como parte de una cultura, son entonces hombres instruidos, libres, y, por consiguiente, el gobierno que éstos hombres eligen es igualmente libre.</div>
<div style="text-align: justify;">
Es verdad que a veces el gobierno vacila en decretar leyes o en realizar programas sociales porque esperan que la población constituya una mayoría en torno a sus razones, razones de interés sólo para los que ejercen el poder y la administración gubernamental. Pero yo creo que un solo hombre con conciencia, cultivado, dueño de su libertad, es ya una mayoría de uno. Tan sólo hay que enfrentar a ese hombre en contra de las vacilaciones a las que me he referido para ver cuán absurdas son éstas. Ningún gobierno debería vacilar en su apoyo a las causas sociales así como ningún pueblo debería vacilar en seguir o no a un gobierno que no le representa. Si el concepto de libertad se halla en el fondo de la constitución de un país, entonces los hombres de ese país no sólo tendrán la justificación para elegir a su gobierno sino también para rechazarlo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Una decisión razonable sería apoyar la libertad cultural de las decenas de hombres que se han visto defraudados por los magros objetivos de los gobiernos recientes, porque estoy seguro de que no es un solo hombre quien busca su libertad en la cultura, sino cientos lo que en ella encuentran su mejor futuro. Un esfuerzo así, un esfuerzo que privilegie la conciencia, no necesita de grandes infraestructuras, teatros, plazas, los acostumbrados gastos faraónicos, sino de la organización de esos hombres en actividades recurrentes: una red que involucre a la comunidad artística de manera que la danza, la música, las letras, y las otras manifestaciones se encuentren al alcance de la mayoría. Me refiero a una red que propague la conciencia libertaria entre los miembros de la comunidad y no la ideología o los logros del gobierno en turno. No nos gustan estas verdades porque son ciertas: preferimos erigir monumentos a la absurdidad, hacer gala de erudición, o parafrasear discursos apenas escuchados. Lo que verdaderamente importa no es un gran comienzo sino un comienzo. La reforma de la sociedad es posible a través de pequeños actos bien hechos y perdurables: divulgar el quehacer artístico y social de la comunidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si un hombre que aún no nace llegara a pensar en nuestro tiempo, un tiempo carente de conciencia, pero con deseo por mejorar su situación social, a ese hombre no le parecerá jamás que nuestros esfuerzos habrán sido en vano, nunca pensará que nuestro tiempo habrá sido inútil y perecedero. Creo que ese hombre ha nacido ahora y ahora espera una respuesta concreta de sus representantes, de nosotros; ese hombre camina por nuestras calles y nos mira con inquietud exigiendo cambios permanentes. Ese hombre no tiene interés en discutir cosas inútiles sino en forjar un mejor mañana basado en su conciencia y creando, por consiguiente, una nueva cultura social y democrática. Ese hombre ha llegado y no desea partir.</div><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-64363747030883168732012-04-30T05:05:00.001+02:002012-04-30T05:05:33.642+02:00Dos poemasLes dejo el link de dos pequeñas silvas publicadas en la revista El Canto del Ahuehuete<br />
<br />
<a href="http://revista-ahuehuete.blogspot.mx/2012/04/dos-poemas-de-jose-antonio-banda.html">http://revista-ahuehuete.blogspot.mx/2012/04/dos-poemas-de-jose-antonio-banda.html</a><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-31603087227299012522012-02-11T20:29:00.002+01:002012-02-12T03:53:36.129+01:00Alucinación, de José Hierro<i>Me acuerdo de los árboles de Dublin.</i><br />
<i><br /></i>
<i> (Imaginar y recordar </i><br />
<i>se superponen y confunden;</i><br />
<i>pueblan, entrelazados, un instante</i><br />
<i>vacío con idéntica emoción.</i><br />
<i>Imaginar y recordar... )</i><br />
<i><br /></i>
<i> Me acuerdo de los árboles de Dublin...</i><br />
<i>Alguien los vive y los recuerdo yo.</i><br />
<i>De los árboles caen hojas doradas</i><br />
<i>sobre el asfalto de Madrid.</i><br />
<i>Crujen bajo mis pies, sobre mis hombros,</i><br />
<i>acarician mis manos,</i><br />
<i>quisieran exprimirme el corazón.</i><br />
<i>No sé si lo consiguen...</i><br />
<i><br /></i>
<i> Imaginar y recordar...</i><br />
<i>Hay un momento que no es mío,</i><br />
<i>no sé si en el pasado, en el futuro, </i><br />
<i>si en lo posible... Y lo acaricio, lo hago, </i><br />
<i>presente, ardiente, con la poesía.</i><br />
<i><br /></i>
<i> No sé si lo recuerdo o lo imagino. </i><br />
<i>(Imaginar y recordar me llenan</i><br />
<i>el instante vacío.)</i><br />
<i>Me asomo a la ventana.</i><br />
<i>Fuera no es Dublin lo que veo,</i><br />
<i>sino Madrid. Y, dentro, un hombre</i><br />
<i>sin nostalgia, sin vino, sin acción, </i><br />
<i>golpeando la puerta. </i><br />
<i> Es un espectro</i><br />
<i>que persigue a otro espectro del pasado;</i><br />
<i>el espectro del viento, de la mar, </i><br />
<i>del fuego, -ya sabéis de qué hablo-, espectro</i><br />
<i>que pueda hacer que cante, hacer que vibre</i><br />
<i>tu corazón, para sentirse vivo. </i><br />
<i><br /></i>
José Hierro, <i>Libro de las alucinaciones, </i>2000, Madrid, Cátedra.<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-5229526568774977432011-11-08T05:39:00.003+01:002012-11-13T08:26:46.240+01:00Recordando a Tomás Segovia<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: right;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR9kLVDM_mJSsHZWiHQXAeDhtmQCBWR0itoWDx-FQ-RjCwY8NsRFU1w6UTKchIaTGCCKv2j808a31XVJ0L4ExagNe-qbyp8P6HgE7uVsXhjEBS0RnrGRC_HlArjOtkDh1tfZqkYw/s1600/tomasSegovia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR9kLVDM_mJSsHZWiHQXAeDhtmQCBWR0itoWDx-FQ-RjCwY8NsRFU1w6UTKchIaTGCCKv2j808a31XVJ0L4ExagNe-qbyp8P6HgE7uVsXhjEBS0RnrGRC_HlArjOtkDh1tfZqkYw/s1600/tomasSegovia.jpg" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
A Tomás Segovia (1927 - 2011)</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A veces es difícil imaginar otra vez dónde se encontró una sonrisa discreta, una palabra de aliento, un silencio amable. Uno sabe, tarde o temprano, que al volver a determinados sitios nada volverá a ser igual. Hago un repaso y recuerdo una imagen, o más bien, recuerdo un túnel, una boca de metro, una glorieta y la puerta giratoria del Café Comercial. Recuerdo una noche de primavera del dos mil ocho: una librería con las bombillas a media luz, una voz paladeando versos y manos sosteniendo las tapas de un libro reciente.</div>
<div style="text-align: justify;">
De esa noche quedan varias anécdotas memorables y las charlas en el Café Comercial, los sábados, a las once o doce del día. Queda en la memoria la voz juvenil, atendida bajo el rumor de los coches de la glorieta de Bilbao por aquella otra de experiencia y vitalidad, mientras la taza de café humeaba la mañana.<br />
<br />
Nada volverá a ser igual. Hoy, en la Ciudad de México, se ha ido Tomás Segovia, un enorme poeta, pero sobre todo un hombre memorable.Ha partido quizá para otra vez soñarlo todo, como dijera en uno de los memorables versos de Anagnórisis.</div>
<div style="text-align: justify;">
Adiós, Tomás, Adiós.</div>
<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-16925837376114393712011-10-24T05:19:00.003+02:002012-05-03T07:04:34.927+02:00Todos los instantes son un sólo instante<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNmMs9pgXRaEk4DpoOCSKzREjogjLO3wyjOZ5_Vqnmo8m1CgHF6_gcr0CTnPBDMqqNx40lC5W1SM7q9-UdyzmkZSIdGlh-q9InteT9k1iKDP7uOarLkwviiRXp9HJu5dMEmbuEoQ/s1600/P1190020.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNmMs9pgXRaEk4DpoOCSKzREjogjLO3wyjOZ5_Vqnmo8m1CgHF6_gcr0CTnPBDMqqNx40lC5W1SM7q9-UdyzmkZSIdGlh-q9InteT9k1iKDP7uOarLkwviiRXp9HJu5dMEmbuEoQ/s400/P1190020.JPG" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<i>Todo es mortal</i> ha dicho Bécquer en su lecho de muerte. Cierta o no la frase, su enunciación revela la condición del mundo. Una condición que eludimos día a día para vivir mejor, para mejor vivir en la ignorancia de lo efímero. El mundo tiende a la muerte y por eso mismo preferimos construir otro. Sin embargo, si todo es mortal, ¿a qué sustituirlo con una mentira? ¿O ésta será necesaria para vivir?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Hace unos días asistí con unos amigos a la celebración de una boda. El rito, debo decirlo, me parecía intolerable. Esas ficciones, esas apariencias de lo sagrado, al aparecer frente a mí con toda su falsedad, creaban un denso clima irrespirable. Pero, en cambio, uno de los amigos decía lo contrario. Él decía estar contento, decía que preferir la ficción de Dios, saber que todo en el mundo es apariencia. Era preferible vivir esa falsedad porque ésta resolución le permitía disfrutar a plenitud de la grandeza de los hombres. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Así que una vez más me equivocaba. A la muerte de Dios aún nos quedan algunos caminos: aceptar su deceso, fingir su existencia o sustituirlo con otro numen. El primer camino entraña una valentía que pocos hombres llevan dentro. Vicente Huidobro, en el primer canto de Altazor, se pregunta por la necesidad de cambiar la moral cristiana por una nueva, esto es, se pregunta el para qué cambiar el mundo construido por el hombre a raíz del cristianismo por otro que, acaso, sea una prolongación del cadáver. Huidobro, en el poema, se enfrenta a la Nada de manera gozosa: descubre el placer en la revelación del azar. Otros, los más, preferimos fingir. Unos a través de las hermosas mentiras de siempre mientras otros fingimos la ausencia mediante la sombra de un dios acaso igual de abstracto e inasible que el cristiano. El hombre tiende a adorar objetos abstractos: el país, la nación, la economía, el mercado, la democracia. La cuestión es no abolir la trascendencia. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Estas sustituciones son quizá porque tememos a la muerte o porque, como diría Bécquer, todo es mortal, o porque no afrontamos con entereza la verdadera clave de la vida: el azar. El azar singulariza toda la experiencia diaria. La virtud de lo efímero es cristalizar la vida, quiero decir, hacerla transparente dentro de una imagen, contrario a lo que sucede con lo eterno que hace a la vida banal dentro de su ciclo de repeticiones. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Quizá en lugar de preocuparnos en demasía por la muerte, por el azar, por un rito cualquiera, deberíamos vivir, dejar constancia de nuestra existencia en una imagen o acto que se sostenga de forma gozosa, un acto valiente y sabio, azaroso y único: poesía.</div><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-58530738657796513772011-10-19T02:44:00.000+02:002011-10-20T08:19:57.076+02:00Work in Progress, el orfebre<div style="text-align: justify;">
Ajeno a las especulaciones intelectuales el orfebre trabaja. Sus manos, su rostro, su pensamiento, han sido curtidos por largas jornadas bajo el sol. En su dedicación no es consciente de lo extraordinario de su obra.<br />
En su taller labra el universo. </div><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-57364804820218489302011-10-12T09:16:00.000+02:002012-05-03T07:08:49.653+02:00Aquella primavera<div style="text-align: justify;">
De los pequeños poemas japoneses uno de mis favoritos es, sin duda, un <i>tanka</i> o <i>waka, </i>composición de cinco líneas de cinco y siete sílabas, atribuido a Ariwara no Harihira en donde se evoca cierta primavera. Al parecer, si no me equivoco, el tanka se encuentra dentro de la obra ""Ise Monogatari" (Los cuentos de ise) El poema es de una hermosa y devastadora brevedad:</div>
<blockquote>
Aquella luna<br />
de aquella primavera<br />
no es ésta ni es<br />
la misma primavera:<br />
Sólo yo soy el mismo. </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
La luna y la primavera, después de una segunda mirada, no son las mismas: han cambiado. El poema declara en cinco versos la mutabilidad del mundo. Todo cambia de un momento a otro. Todo excepto el hombre. ¿Se habrá equivocado el poeta en el último verso? </div>
<div style="text-align: justify;">
A finales de la primavera del 2008 este poema resonaba de manera especial en mi memoria. Por diversas razones yo caminaba en aquella época dando tumbos por las calles de Madrid. Hago un repaso y me veo frente a la Basílica de San Miguel en la calle de San Justo, con cierto aire de tristeza. A la distancia sé que aquel caminar equivalía de alguna manera a una despedida: nunca volví. Lo sobresaliente es saber que en ese sitio recordé el tanka de Ariwara no Harihira y me apresuré a escribirlo en mi libreta. Sin embargo lo recordé mal, escribí:</div>
<blockquote>
Aquella luna<br />
de aquella primavera<br />
no es ésta ni es<br />
la misma primavera:<br />
<i>ni yo soy el mismo.</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
¿Feliz hallazgo? En mi versión todo transcurre, incluso el hombre. Esto me inquietaba. A pesar del esfuerzo del hombre por recordarlo todo, su vida era siempre otra. También me aterraba el hallazgo porque confirmaba lo que suponía: jamás volvería a aquella primavera aunque volviera a la misma calle, aunque de igual manera hiciera viento y fuera medio día y otra vez hallara pétalos de rosa de otra boda. En ese instante la certeza de que el tiempo jamás se detenía como la misma corriente del Tajo me golpeó de una manera terrible. </div>
<div style="text-align: justify;">
También recuerdo haber escrito ciertas impresiones en mi libreta, haber dibujado la fachada de la iglesia e intentar un poema. Recuerdo no haber tomado las fotografías de rigor para forzar el anclaje de aquel tiempo en mi memoria.<br />
A la distancia releo el poema en la versión de Octavio Paz y me doy cuenta del error cometido en el último verso. Sin embargo pienso que en el original, o en la traducción, ya estaba contenido el desasosiego. La luna y la primavera cambian porque el hombre mismo cambia. </div>
<div style="text-align: justify;">
En otro tanka Ariwara no Narihira escribe con cierta resignación: </div>
<blockquote>
Siempre lo supe:<br />
el camino sin nadie<br />
es el de todos.<br />
Pero yo nunca supe<br />
que hoy lo caminaría. </blockquote><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-6651256523095530472011-09-30T04:43:00.001+02:002011-10-22T10:31:27.739+02:00El viaje definitivo, de Juan Ramón Jímenez ... Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;<br />
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,<br />
y con su pozo blanco.<br />
<br />
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido,<br />
y tocarán, como esta tarde están tocando,<br />
las campanas del campanario.<br />
<br />
Se morirán aquellos que me amaron;<br />
y el pueblo se hará nuevo cada año;<br />
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,<br />
mi espíritu errará, nostáljico...<br />
<br />
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol<br />
verde, sin pozo blanco,<br />
sin cielo azul y plácido...<br />
Y se quedarán los pájaros cantando.<br />
<br />
Juan Ramón Jímenez, <i>Antología poética</i>, 1984, Madrid, Cátedra.<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-17472523491657751042011-09-01T03:43:00.000+02:002011-09-06T07:19:15.148+02:00La flor del Paraíso<div style="text-align: justify;">
Durante la madrugada de ayer tuve un sueño delicioso. Un sueño poético, porque lo ocurrido es dable contenerlo en una sola imagen que ilumine algún rincón en el que quizá no había reparado antes. En esa madrugada soñé estar en un autobús. Soñé que al reclinar mi cabeza sobre la ventana la luz del día declaraba ser de inusitada claridad. Inusitada por familiar y desconocida. Soñé que una vez y otra me preguntaban por su nombre y yo no sabía que decir (nunca sé que decir o responder cuando me encuentro en ese tipo de situaciones) Pero afortunadamente ella estaba detrás mío y con sus ligeros brazos todo lo resolvía. Se acercaba a mí, me miraba, me sonreía como siempre, y me besaba. Ese beso era igual a aquel primero frente a la puerta de su casa. Luego desperté. Y sin embargo, como en el sueño de Coleridge, al abrir los ojos aún conservaba la sensación de sus labios en los míos.<br />
<br />
"¿Entonces, qué?" se pregunta Coleridge en la versión de Borges. Yo respondería: "entonces hay esperanza". Usar el sueño del poeta inglés como base para justificar el mío no es ilícito. La posterior presencia del suceso durante mi sueño deja constancia, al menos para este amanuense, de que no todo es amargura y eso fundamenta la audacia. Pienso que la unidad de lo dicho, la analogía de mi sueño con el de Coleridge, no es descabellada. Claro que no lo es. En este acto nada hay de arbitrario. Además, ¿qué otro Paraíso busca el hombre que estar en los brazos de la mujer amada? ¿Qué otra prueba más fidedigna de haber estado en el remanso edénico que un sólo beso de su boca? ¡Y qué sorpresa más emocionante que constatar, quizá no sin algo de artificio, que sus labios aún cubrían los míos al despertarme!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
La flor de Coleridge, la flor futura de Wells, el nostálgico retrato o la moneda intemporal de conocida película, bien pueden ser de igual sentido al beso ocurrido durante un perentorio sueño. Los hombres, así lo creo aunque este fervor no es privativo a mi experiencia, están secretamente hermanados por un objeto extraordinario: la flor de Coleridge. La flor que es nuestro parentesco más puro. </div>
<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-33111166845590168252011-08-11T20:16:00.000+02:002011-08-11T20:16:53.555+02:00¿De verdad estamos tan solos?, de Efraín BartoloméSon las 4:43 de la mañana del día 11 de agosto de 2011.<br />
<br />
Hace aproximadamente dos horas un grupo de hombres armados irrumpieron en mi casa ubicada en Conkal 266 (esq. Becal), Col. Torres de Padierna, 14200, México, D. F.<br />
<br />
Comenzamos a escuchar golpes violentos como contra una puerta metálica y me extrañó porque se escuchaba demasiado cerca y no hay ninguna puerta así en la casa.<br />
<br />
Prendí la luz.<br />
<br />
Los golpes arreciaban ahora como contra nuestras puertas de madera.<br />
<br />
Quité la tranca que protege la puerta de nuestra recámara y me asomé al pasillo: hacia el comedor veía luces (¿verdosas? ¿azulosas? ¿intermitentes?) acompañando los golpes violentos contra el cristal que da al sur.<br />
<br />
Mi mujer me gritó que me metiera.<br />
<br />
Así lo hice apresuradamente y alcancé a poner la tranca de nuevo.<br />
<br />
Oí cristales rompiéndose y pasos violentos hacia nuestra recámara: rápidos y fuertes.<br />
<br />
“¡Abran la puerta!” era el grito que se repetía antes de que empezaran a golpear con violencia mayor nuestra puerta con tranca.<br />
<br />
Nos encerramos en el baño y busqué a tientas un silbato que cuelga de un muro sin repellar: comencé a soplarlo con desesperación, unas diez veces, quizá.<br />
<br />
Mi mujer está llamando a la policía.<br />
<br />
Les dice que están entrando a la casa, que vengan pronto por favor, que nos auxilien.<br />
<br />
Yo sigo soplando el silbato con desesperación.<br />
<br />
En la oscuridad, mi mujer se ubicó tras de mí mientras oíamos que la tranca de la puerta se quebraba y los hombres entraban.<br />
<br />
¿Tres, cuatro, cinco?<br />
<br />
Quise cerrar la puerta del baño pero ya no alcancé a hacerlo.<br />
<br />
Empujé unas cajas hacia dicha puerta y en algo estorbó los empujones.<br />
<br />
“¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta, hijos de la chingada…!” gritaban mientras empujaban y metían sus rifles negros hacia el interior.<br />
<br />
Quise detener la puerta con mis manos pero no tenía sentido: vencieron mi mínima resistencia y entraron.<br />
<br />
Policías vestidos de negro, con pasamontañas y lo que supongo que serían “rifles de alto poder”.<br />
<br />
“¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo, hijos de la chingada! ¡Al suelo y no se muevan!”<br />
<br />
Uno de los hombres me da un manazo en la cabeza y me tira los lentes.<br />
<br />
Alcanzo a pescarlos antes de que toquen el suelo.<br />
<br />
Me quita el silbato.<br />
<br />
−¡No golpee a mi esposo! –grita mi mujer.<br />
<br />
−¡El teléfono! ¡Déme el teléfono! –le responde y pregunta si no tenemos otro teléfono o un celular.<br />
<br />
Ella y yo nos arrodillamos primero y después nos medio sentamos en el suelo de cemento de este baño sin terminar.<br />
<br />
Policías jorobados y nocturnos, como en el romance de García Lorca.<br />
<br />
Quién lo diría: aquí, en nuestra amada casa donde cultivamos y enseñamos la armonía.<br />
<br />
Aquí…<br />
<br />
Justo aquí estos hombres de negro, con pasamontañas, con guantes, con rifles de asalto, con chalecos o chamaras que tienen inscritas las siglas blancas PFP, nos apuntan con sus armas a la cabeza.<br />
<br />
Uno de ellos, siempre amenazante, nos interroga.<br />
<br />
Dos más permanecen en la puerta.<br />
<br />
− ¡Las armas! ¡Dónde están las armas!<br />
<br />
− Aquí no hay armas, señor, somos gente de trabajo.<br />
<br />
− ¡A qué se dedica!”<br />
<br />
−Soy psicoterapeuta y escribo libros.<br />
<br />
−¿Desde cuándo vive aquí?<br />
<br />
− Desde hace treinta años…<br />
<br />
−Cómo se llama.<br />
<br />
−Efraín Bartolomé.<br />
<br />
−Cuántos años tiene.<br />
<br />
−60.<br />
<br />
−A qué se dedica.<br />
<br />
−Ya se lo dije, señor, soy psicólogo y escribo libros.<br />
<br />
−Usted cómo se llama… –se dirige a mi mujer.<br />
<br />
−Guadalupe Belmontes de Bartolomé.<br />
<br />
−A qué se dedica.<br />
<br />
−Soy arqueóloga y ama de casa.<br />
<br />
−Cuántos años tiene.<br />
<br />
−54.<br />
<br />
−Tranquilos. Respiren profundo… Voy a verificar los datos.<br />
<br />
El hombre sale.<br />
<br />
Oigo ruidos en toda la casa.<br />
<br />
Están vaciando cajones, abriendo puertas, pisando fuerte sobre la duela de madera.<br />
<br />
Oigo ruidos afuera, en el cuarto de huéspedes, en la torre, en el estudio de abajo.<br />
<br />
Nos cambiamos de posición.<br />
<br />
Mi mujer pone algo sobre el frío piso de cemento.<br />
<br />
Cinco o siete minutos después regresa el hombre y repite su interrogatorio.<br />
<br />
Si recibimos gente en la casa, con qué frecuencia, cada cuánto salimos de viaje, quién cuida entonces.<br />
<br />
Respondemos a todo brevemente.<br />
<br />
Dice nuevamente que va a verificar los datos y que volverá a decirnos porqué están aquí.<br />
<br />
El tiempo pasa.<br />
<br />
Oímos que abren nuestro carro en el garage.<br />
<br />
Voces ininteligibles en el patio del norte.<br />
<br />
Más tiempo.<br />
<br />
Varios minutos después se oyen motores que se prenden y carros que arrancan.<br />
<br />
Mi mujer y yo seguimos en la oscuridad.<br />
<br />
Comenzamos a movernos.<br />
<br />
Sólo silencio.<br />
<br />
Nos incorporamos con cierto temor.<br />
<br />
Salimos del baño hacia la recámara iluminada.<br />
<br />
Desorden.<br />
<br />
Cajones abiertos.<br />
<br />
Cosas volcadas en el buró.<br />
<br />
La chapa de la puerta en el suelo.<br />
<br />
Restos de la tranca destrozada.<br />
<br />
La puerta de tambor machacada y rota, pandeada en su parte media.<br />
<br />
Salimos al pasillo: un cuadro en el suelo y abiertas las puertas de lo que fueron las recámaras de mis hijos.<br />
<br />
Desorden en el interior: maletas y cajas abiertas, cajones vaciados.<br />
<br />
Vamos hacia el comedor: uno de los vidrios roto en su ángulo inferior izquierdo, muchos cristales en el piso.<br />
<br />
La puerta de la sala está rota de la misma forma en que rompieron la de nuestra recámara: la chapa en el suelo y fragmentos de duela en el piso.<br />
<br />
Está abierta la puerta de la torre y prendidas las luces del cuarto de huéspedes.<br />
<br />
Salimos por la puerta de la sala y nos asomamos con cierto temor.<br />
<br />
Nada.<br />
<br />
Mi mujer llama por segunda vez a la policía.<br />
<br />
Es en vano: piden los datos una vez más.<br />
<br />
Dicen que ya enviaron una unidad.<br />
<br />
Llego a la barda y me asomo: no hay carros.<br />
<br />
El portón del garage está intacto.<br />
<br />
Bajamos las escaleras hasta la puerta de acceso: rota igual que las de adentro.<br />
<br />
El estudio de abajo está con las luces prendidas.<br />
<br />
De por sí desordenado, ahora lo está más.<br />
<br />
Vamos hacia la torre y entramos al cuarto de huéspedes: cajones volcados, revistas en el suelo, cosas sobre la mesa, puertas del clóset colgando, zafadas de su riel inferior.<br />
<br />
Subo al tercer piso: una esculturita de alambre volcada pero no se nota demasiado desorden.<br />
<br />
Subo a los pisos superiores: no hay daño en la salita de arte.<br />
<br />
En el último piso dejaron abierta la puerta a la terraza.<br />
<br />
Volvemos al interior: queremos tomar fotos pero no está la cámara de mi mujer que estaba sobre el buró.<br />
<br />
“¡Tampoco está la memoria de mi computadora!”, grita.<br />
<br />
También se la llevaron<br />
<br />
Quiero ver la hora y voy al buró por mi reloj: ha desaparecido mi querido Omega Speedmaster Professional que me acompañó por casi cuarenta años.<br />
<br />
Tiene mi nombre grabado en la parte posterior: Efraín Bartolomé.<br />
<br />
Oímos que un auto se estaciona y nos asomamos.<br />
<br />
Mi mujer llama una vez más a la policía: lo mismo.<br />
<br />
Ya tienen los datos pero nunca enviaron apoyo.<br />
<br />
Indefensión.<br />
<br />
Del auto blanco baja un joven y avanza hacia la esquina.<br />
<br />
Se asoma y regresa.<br />
<br />
Lo saludo y responde.<br />
<br />
Le preguntamos qué pasa y responde que viene en atención a una llamada de su amiga que vive a la vuelta y a cuya casa también se metieron.<br />
<br />
Mi mujer pregunta de qué familia se trata, cómo se apellida.<br />
<br />
Magaña, responde el joven.<br />
<br />
¡Es Paty!, dice mi mujer.<br />
<br />
Salimos a la calle y voy hacia allá.<br />
<br />
Encontramos a Patricia Magaña, bióloga, investigadora universitaria, acompañada de su papá, en la calle.<br />
<br />
Entraron a ambas casas la de ella y la de sus padres, con la misma violencia que a la nuestra.<br />
<br />
Patricia y su hija estaban solas.<br />
<br />
Sus padres octogenarios también estaban solos.<br />
<br />
Volvemos a nuestra casa vejada y con la puerta rota.<br />
<br />
Atranco la destruida puerta de la calle.<br />
<br />
Con todo, mantenemos una sorprendente calma.<br />
<br />
“Pudieron habernos matado”, dice mi mujer.<br />
<br />
Yo imagino por unos segundos nuestros cuerpos ensangrentados en el baño en desorden.<br />
<br />
¿Sabe el presidente Calderón esto que pasa en las casas de la ciudad?<br />
<br />
¿Lo sabe Marcelo Ebrard?<br />
<br />
¿Lo sabe el procurador Mancera?<br />
<br />
¿Ordenan Maricela Morales o Genaro García Luna estos operativos?<br />
<br />
¿Sabrán quién fue el encargado de este acto en contra de inocentes?<br />
<br />
Antenoche volvimos a casa levitando, en la felicidad más plena, tras la amorosa y conmovedora recepción del público ante nuestro libro presentado en Bellas Artes.<br />
<br />
Un día después, en la atroz madrugada, la PFP irrumpe violentamente en nuestra casa, quiebra nuestras puertas, destruye los cristales, hurga sin respeto en nuestra más íntima propiedad, nos amenaza con armas poderosas a mi bella mujer y a mí, a la edad que tenemos…<br />
<br />
Y pensar que también son humanos los que hacen esto contra su prójimo.<br />
<br />
Subo al estudio a escribir esto.<br />
<br />
Allá, abajo, la ciudad parece embellecida por la calma.<br />
<br />
Arriba la impasible Luna de agosto, casi llena.<br />
<br />
Son ya las 6:35 de la mañana.<br />
<br />
La luz de oriente comienza a colorear y a inflamar el horizonte.<br />
<br />
La policía nunca llegó.<br />
<br />
¿De verdad estamos tan solos?<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-31294284523370453042011-07-16T21:37:00.000+02:002011-07-16T21:37:08.276+02:00Recién entonces, de Oliverio GirondoSi el engaste<br />
el subsobo<br />
los trueques toques topos<br />
las malacras<br />
el desove<br />
los topes<br />
si el egohueco herniado<br />
el covaciarse a cero<br />
los elencos del asco<br />
las acreencias<br />
los finitos afines pudiesen menos<br />
si no expudieran casi los escarbes vitales<br />
el hartazgo en cadena<br />
lo posmascado pálido<br />
si el final torvo sorbo de luz niebla de ahogo no antepudiese tanto<br />
ah<br />
el verdever<br />
el todo ver quizá en libre aleo el ser<br />
el puro ser sin hojas ya sin costas ni ondas locas ni recontras<br />
sólo su ámbito solo<br />
recién<br />
quizá<br />
recién entonces<br />
<br />
Oliverio Girondo, <i>En la masmédula</i>, 1998, Buenos Aires, Losada, p. 135<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-31206855030447144742011-07-12T20:58:00.000+02:002011-07-12T20:58:12.716+02:00Aquellas cartas, de Marco Antonio CamposEl ayer llega en el hoy que saluda ya el mañana. <br />
El mirlo cantaba en el haya a la hora del degüello. <br />
Era fines del '72. Yo atravesaba en tren<br />
Europa occidental, o caminaba, por saber adónde,<br />
un sinnúmero de calles, y en cuerpos ondulados<br />
de jóvenes tenues, o en la delgadez del aire en la rama<br />
de los castaños, o en reflejos, que creaban imágenes,<br />
en aguas del Tajo, del Arno o del Danubio, la creía ver,<br />
y ella lejos, en mí, en Cuidad de México, con sus <br />
clarísimos 19 años, regresaba en verde o azul, para luego irse<br />
y regresar e irse en el ayer que hoy llega para hablar mañana. <br />
Era fines del '72, y yo no sabía que el mirlo cantaría para mí<br />
a la hora del degüello. Ella hablaba de amor en mí, por mí, de mí, <br />
pidiéndome que le enviara más cartas, que guardaba <br />
-eso decía- en el color de los geranios sobre los muros <br />
de su casa en el barrio de San Ángel, sabiéndola diciembre<br />
que era de otro, pero yo le escribía cartas y cartas<br />
en el compartimiento del tren de una estación a otra,<br />
bebiéndome milímetro a milímetro la morenía de su cuerpo<br />
como antes, sin saber que la tinta se borraba como<br />
el color de los geranio en el muro de su casa. <br />
Pero al evocar ese ayer convertido en un hoy que es ya mañana,<br />
sin escribir ya cartas entre una estación y otra, me parece <br />
que aún oigo la canción del mirlo a la hora del degüello.<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-7960685164988845652011-06-30T04:42:00.010+02:002011-07-01T21:44:23.065+02:00Tres momentos de Junio I<br />
He tratado de escribir las palabras necesarias <br />
y el verdadero nombre del poema,<br />
la dolorosa operación de siempre<br />
cuando la brisa muerde las ramas de los fresnos<br />
y la fatiga de la tarde sujeta mi garganta <br />
y no la suelta.<br />
He preguntado largos siglos por el río que llevo dentro,<br />
el amargo río que crece dentro de mí desde la infancia.<br />
He preguntado por su oleaje doloroso y profético, <br />
pero lo único que hallo por respuesta es este lento, <br />
lentísimo caminar de sombra.<br />
<br />
II<br />
Miro tu fotografía y encuentro un recuerdo claro,<br />
el nombre de una calle entrevista hoy por la mañana<br />
y te siento fumar otra vez el silencio<br />
mientras yo juego con el filoso cuchillo del lenguaje<br />
como si fuera la primera, la única ocasión para estar <br />
en el mundo. <br />
<br />
III<br />
Navegaré incansable a tus islas para convertir <br />
mi corazón en un canto.<br />
Porque nada escucho en el blancor las calles<br />
ahora que tu ausencia ilumina las jacarandas,<br />
ahora que el sabor del café es más amargo<br />
que el destino propio,<br />
ahora que el infinito movimiento de lo mares <br />
carcome la finita sintaxis de mi vida. <br />
<br />
[##.06.11]<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-50617302356566618462011-06-29T06:48:00.002+02:002011-06-29T06:48:54.135+02:00Ejercicios nocturnosX<br />
<div style="text-align: justify;">No puedo dormir, me aplastan contra el colchón las horas inmisericordes. Aquí, dentro, Simón el mago levita nuevamente y afuera, en el extrarradio, los prodigios son lapidados, no me permiten entrar en el sueño. Las ovejas saltan, ahora son ellas las que van en busca del lobo mientras hundo los ojos en mi cráneo dolorido. Espero el descanso. Yo aguardo que así sea.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Madrid, 2008</div><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-20532812448114031682011-06-28T23:30:00.001+02:002011-06-28T23:30:24.900+02:00La vida huye ante el relámpago...<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-33428078721528375942011-06-05T22:40:00.022+02:002011-08-17T05:27:43.000+02:00Te imagino llegar en veranoTe imagino llegar bajo las nubes<br />
Llover como la luz del primer día<br />
Desnuda caminar sobre los campos<br />
Y desbrozar suavemente con tus dedos<br />
Sus irredentas venas<br />
Te imagino llegar en el verano<br />
Llegar como luciérnaga<br />
Habitando la noche<br />
Efímera como mi voz efímera<br />
Efímera como el dulce latir<br />
De la dicha futura<br />
Te imagino llegar lenta lentísima<br />
Midiendo los centímetros que alejan<br />
Los árboles y el mar<br />
De inolvidable infancia<br />
Te imagino llegar sïempre siempre<br />
En tenso aprendizaje de lucero.<br />
<br />
[03.06.11]<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-24524035036876996282011-05-13T20:08:00.025+02:002011-12-15T20:23:09.333+01:00Ahora regresa el verano<i>a ella, siempre</i><br />
<br />
Mujer en qué momento <br />
Veré tu fiel imagen<br />
La delicada línea del mar<br />
Tu costa inalcanzable<br />
Mujer en qué momento<br />
En qué momento tocaré tus labios<br />
Tus labios arrecife en duermevela<br />
Avellana de real escritura<br />
De imprevista luciérnaga <br />
A medio de la noche<br />
Dime mujer ahora en qué momento<br />
Veré tu soledad en plenitud<br />
Tu soledad donde la mía hallará refugio<br />
A la desesperanza de las horas<br />
<br />
Sin ti vivo terriblemente débil<br />
Débil como la palabra horizonte<br />
Débil como una esdrújula <br />
En un verso penosamente escrito<br />
Débil como la luz de madrugada<br />
Débil como la luz<br />
Débil como la tierra como el mar<br />
Que inundaba mi infancia<br />
Débil como mi marítima infancia<br />
<br />
Dime dime en mí una pregunta late<br />
Dime en qué momento verás en mí<br />
Al mozo que en ti busca su postura<br />
Ante la vida toda<br />
Dime si al fin decidirás mirarme <br />
Mirarme como pan recién horneado<br />
Mirarme como se mira una noche de Junio<br />
Mirarme al fin mirarme<br />
Con esa complacencia de los Lunes<br />
De cualquier día tuyo.<br />
<br />
[11.05.11]<div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18013386.post-89883690347237140132011-05-04T08:30:00.009+02:002011-05-04T21:46:57.393+02:00Escribo esto para los que se acercan a la muerte<div style="text-align: justify;">En la soledad de mi habitación, mientras los perros ladran en las esquinas, las patrullas ululan por las calles y alguno que otro vende su cuerpo, su lenguaje mutilado; mientras allá, arriba, veo un carámbano enorme, de plata, diría Lorca; observo una difícil nota periodística y recuerdo. Más que recordar es reconocer una deuda hace tiempo contraída. (Sí, reconocer, una hermosa palabra) Reconocer un día, hace más de dos años, un día de lluvia, frío, en otro continente. Reconocer otra vez las calles, reconocer el rumor de las hojas al ir subiendo por Princesa y buscar la boca del Metro. Reconocer que un nombre me llamaba porque desde hace mucho, sin saberlo, yo buscaba su voz desesperante. Reconocer que esa misma desesperación revelaba la mía, clarificaba la mía. Reconocer que tenía hambre y frío, que no tenía ropa para soportar un invierno de esa magnitud o que realmente no conocía lo que era un inverno, reconocer que iba desde lejos "acumulando muchas dudas, tristes dudas" para, justamente, encontrarme con ese nombre. </div><div style="text-align: justify;">En aquel invierno leí por primera vez a Ernesto Sabato. Aún recuerdo salir de la estación de Moncloa con mi ejemplar de "Sobre Héroes y tumbas", recuerdo haber mirado las solapas del libro y emocionarme, recuerdo haber sentido la textura plástica del libro y cruzar el asfalto casi sin mirar a la calle, recuerdo haber caminado impaciente, por el frío, por el hambre, por la lectura y entrar casi corriendo al piso y apoltronarme en el salón de Celinda y comenzar a leer. Recuerdo la fascinación que sentí durante la lectura, las salidas hacia la escuela de Majadahonda y las páginas leídas durante los viajes. </div><div style="text-align: justify;">Recuerdo hoy a Ernesto Sabato, el físico metido a novelista. El físico metido a intelectual. El físico metido a lo que siempre fue, antes que todo: hombre. No importa si era o no "hombre de letras". No importa si era o no la promesa científica de la Argentina. Importa saber que fue un hombre, un hombre comprometido, "Antes del fin", un hombre con sensibilidad e inteligencia. Importa recordar otro tiempo, otro continente, una nube, un plátano, una calle empapada, el frío golpeando los cristales, una taza de café. Importa emocionarse con la literatura y también con los hombres que han creado esa literatura. Importa recordar a un tipo perdido en su propia crisis, pensando si era mejor ser una cosa u otra, un tipo desesperado, leyendo a Sabato y tratando de entenderse, de entender su verdadera vocación y vitalidad, por medio de aquellas páginas, admirando al argentino. Un tipo que, vanidosamente, deseaba, al igual que el autor de "El Túnel", resistir. </div><div class="blogger-post-footer">Destino de Poeta</div>José Antoniohttp://www.blogger.com/profile/11226792980470720622noreply@blogger.com2