6 de agosto de 2010

Ejercicio de disolución

Quiso escribir lo vivido,
penetrar en su sombra,
derruirse en cada trazo.

Quiso, en el proceso escritura,
la eternidad de las palabras
que eternidad juraban.

Pero nada hay en sus manos.

Madrid, 2008

1 comentario:

Joaquin dijo...

Nada queda en sus manos porque somos memmoria, imágenes.
¿Qué diferencia hay , pasado el tiempo, entre una historia vivid y una historia inventada?
Memoria y huesos, eso seremos.
Un abrazo

JT