Desde tu exilio la recuerdas,
calles polvorientas, monumentos
de una época lejana, las huellas
anteriores y desconocidas de tus pasos.
Sólo himnos de media noche
por las ventanas del colegio.
Desde tu exilio miras las montañas
y crees encontrar su verdoso nombre
en las usuales postales de la lejanía,
Te detienes en la ventana y sabes
que todo es falso, no la mirada
de la noche, no la mar
de tu infancia, los arenales
en las anchas tardes de verano;
no el sabor de las preguntas
de ignota respuesta...
1 comentario:
Sin duda los recuerdos son la patria. Nada seriamos sin memoria: recordamos a nuestros abuelos ; a nuestros padres, cuando somos viejos; las calles y el olor, aquel olor de la magdalena de Proust que desencadenó "la búsqueda del tiempo perdido".
Qué lástimas, perdido.
Un abrazo
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