23 de marzo de 2010

Aquí me confieso

En el fondo soy un poeta provinciano, alejado de toda pretensión cosmopolita. Un poeta que no busca nuevos giros a su nombre de calendario ciego. En el fondo no busco sembrar nueva planta ni gritar consignas al crepúsculo. Todo lo que pienso, mi moral enloquecida, mi dolor unánime, es sólo el mal aliento de un amanecer que odio.
Sé que debí ser otro tipo de bosque poblado de ríos y árboles y ardillas y cuanto animal hay en el mundo. ¿Pero qué otra cosa puedo ser, sino lo que soy, en estos tiempos sin mitologías? Las iglesias, el rincón inmaculado, los prostíbulos, el nuevo congreso de pediatría, las oraciones todas están más solitarias que los ojos de un gato en las aceras, una verdad difícil de sostener frente tanta sangre enrarecida.

1 comentario:

Joaquin dijo...

Los poetas hace tiempo que dejamos de pasar bajo los arcos del triunfo con coronas de laurel.
Ahora llegó el tiempo de las calles estrechas y húmedas, al acecho de la belleza del musgo y los brotes de culantro.
También nuestra voz es portadora de aullidos.
Un abrazo
Joaquin