3 de diciembre de 2005

Silencio bajo el faro

La modenidad nos ha llevado a estas cosas que tenemos aquí: actualidad brutal y efímera en donde cada instante sucede a otro instante. El presente, su idea original no existe más, se nos dice tempranamente que somo productos de nuestros actos anteriores y también se nos dice que el futuro se crea continuamente y se modifica a razón de nuestros actos actuales, por nuestro pasado, así como podemos ver, hemos olvidado el presente. Todo se delega.
El mito del momento presente como dijera Octavio Paz se halla perdido y es una tarea ardúa encontralo nuevamente en esta soledad mundana. Ahora ya no importa el individuo, sólo importa la masa, el pueblo, la nación. Este concepto utilitario ha realizado la ensición en el hombre y a pesar de que pudiera poseer una afiliación grupal, el hombre está solo. La sociedad nos presiona a servirle y tomamos acciones precipitadas y nos olvidamos en ellas y buscamos en ellas mismas nuestro remedio a la angustiosa soledad.

Sólo la regresión a los mitos puede manifestarnos la no conciencia pero actualmente eso es imposible. Toda la vida continúa sucediéndose como una cadena en la que los instantes se enlazan fuertemente para atarnos a las particularidades actuales y desgarrar aún más nuestros quebrantados espirítus, quizás no nos hemos dado cuenta o no queremos hacerlo, por que duele encontrarnos y hallarnos solos y, cuando algún acto externo nos hace fijarnos en el espejo, trasladamos el dolor en furia reprochar nuestro dolor en otra persona... (continuará).

"El faro se proyecta en la hoja
y mi sombra se alarga
en las baldosas sucias,
a lo largo de ellas la soledad camina firme,
ella no se disuelve en la noche.
Junto a la soledad nos movemos
reacios a contemplarnos
por que aunque nos veamos al espejo
no somos nosotros los que están en el extremo...."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya no pongas tantas mamadas !!! si no vas a perder a tu unico lector

Isr@el dijo...

Señor hijo del fuego... habíamos quedado en que iba a poner algo más alegre, sin embargo me gustó la forma en como describes esa soledad que nos sigue injustamente.

Saludos

Isr@el dijo...

No entiendo a estas personas que entran, leen y ponen un comentario agresivo pero no ponen si quiera su nombre... eso solo se le puede llamar cobardia.