Fuente: Los tiempos.com
Nací en Guadalajara.
Mis primeros padres fueron mamá Lupe y papá Guille,
crecí como un trébol de jardín,
como moneda de cinco centavos, como tortilla.
Crecí con la realidad desmedida en los riñones,
con cursilería en el camarote del amor.
Mi mamá lloraba en los resquicios
con el encabronamiento a oscuras, con la violencia a tientas.
Mi papá se moría mirándome a los ojos,
muriéndose en la cámara lenta de los años,
exigiéndole a la vida.
Y luego la ceguez de mi abuelo, los hermanos,
el desamparo sexual de mis primas,
el barrio en sombras
y luego yo, tan mirón, tan melodrámático.
No he hecho sino cronometrar el aniquilamiento.
Como alquien me dijo una vez: valgo madre.
Ricardo Castillo, El Pobrecito Señor X, México, Conaculta, 1994.
1 comentario:
Tierno y precioso. Una buena oferta para los lectores de tu blog.
Publicar un comentario