El poema no puede sobre pasar sus limites, mientras no nos percatemos de que el poema es uno mismo con el lenguaje y que por tanto no puede atacarse a sí mismo, no se podrá ser audaz al momento de escribir el poema. La Poesía se ha tratado de contemplar con un instrumento nacido a partir de uno mismo por lo que el resultado será precisamente lo que deseamos obtener, no otro. Nunca otros. Al principio parecerá extraño pero si observamos bien aquello con lo deseamos obtener la visión poética veremos lo siguiente: al instrumento le hemos dado una forma, misma que sólo nos permite captar el exterior en esa forma, si cambiamos la forma entonces captaremos otra pero habremos desechado la anterior por considerarla falsa, lo cual también es falso.
La unión de ambas formas nos proporciona una visión amplia de la Poesía, visión que está limitada a dos aspectos. Sin embargo, esta forma de captar la Poesía es también un limite a la misma. El instrumento obliga al objeto mensurable a adoptar ciertas características por lo que quizás no nos hemos percatado de aspectos importantes, el problema como se puede observar está en el modelo empleado, lo mejor es prescindir de él, aunque esto es imposible (el pensamiento es un instrumento). Hemos entonces de captar solamente reminiscencias de lo que es verdaderamente la Poesía.
La unión de ambas formas nos proporciona una visión amplia de la Poesía, visión que está limitada a dos aspectos. Sin embargo, esta forma de captar la Poesía es también un limite a la misma. El instrumento obliga al objeto mensurable a adoptar ciertas características por lo que quizás no nos hemos percatado de aspectos importantes, el problema como se puede observar está en el modelo empleado, lo mejor es prescindir de él, aunque esto es imposible (el pensamiento es un instrumento). Hemos entonces de captar solamente reminiscencias de lo que es verdaderamente la Poesía.
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