8 de diciembre de 2007

Tentativas por construir una poética

III

El poeta debe buscar la invocación de imágenes en el poema y ésta debe ser continua para mantener la vigencia del signo a lo largo de recorrido verbal. Todo poema es imagen en movimiento por lo que es necesario que ese movimiento sea circular en algunas ocasiones para lograr que las imágenes se precisen, mejor dicho, el movimiento debe ser en espiral de manera que en cada vuelta la imagen se concrete en una forma más depurada con respecto a la anterior hasta llegar a la imagen fundante.

IV

En el uso de símbolos el poeta realiza diversas representaciones del mundo, visión que tiende a ser universal. Los símbolos dotan de mayor riqueza al poema, lo transforman pues los símbolos son vuelta al origen, parte del orígenes de los hombres. El uso apropiado de los símbolos transforma el lenguaje al nombrar la realidad.

Existen dos posturas en el uso de los símbolos. Una que insta a su uso para dotar de mayo significado el poema, volverlo más fuerte al paso del tiempo pero por ello más oscuro a las interpretaciones; otra que pide su uso de manera limitada para dotar al poema de mayor flexibilidad dada por el sentimiento contenido a flor de piel, por una transparencia que permite ver, distinguir y deducir que es lo que se encuentra más allá de nosotros. Mas ni una ni la otra poseen los mecanismos totales para la evocación poética, mediante la economía simbólica, el poema busca ser actual, indagar en la claridad y cierto, una vibración y logra por esas observaciones nombrar, crear nuevos símbolos, nuevas significaciones mas de una manera peligrosa pues la claridad hace el poema sea débil al paso del tiempo. La poesía simbólica es rica en contenido, nos otorga una expresión poderosa frente al paso del tiempo, expresión que como es obtenida por el regreso continuo al origen es cósmica, inmersa dentro de los grandes ciclos, mas por ello es susceptible de no ser captada de manera correcta, de poder perderse en sus significados de asemejar la dureza de una roca, asimismo, los símbolos difícilmente adquieren nuevos significados dado el tiempo que llevan. El poder de no ser fácilmente perecedero es también su perdición. ¿son contrarias estás dos posturas?. No lo creo así, más bien son dos facetas de la poesía, dos caras de la misma moneda. Una complementa a la otra.

El manejo correcto de las dos posturas será como el horizonte durante el crepúsculo o durante el alba, depende del tratamiento, será la anunciación de la noche inminente o el inicio de la luz. En esa línea horizontal en donde la luz y las tinieblas titubean si dividirse o aumentar su preponderancia sobre el otro, momento de lucha aún sin vencedores claros. Poesía que bajo la verticalidad -el ritmo- ascenderá o caerá, es decir, nos hablará del dominio de esto o aquello, sin perder nunca el contacto con esto o aquello.

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