El ser americano y específicamente, mexicano, parte de la búsqueda de identidad y el rechazo a lo impuesto por los otros, los europeos, a las ideas de los otros para luego volver la cara al otro y dialogar con él y conciliar lo encontrado.
América nació como un sueño europeo, América es por tanto la tierra joven, la utopía, pero América no mira hacia Europa, mira hacia el norte, su esperanza está en el otro mundo que la puebla: el anglosajón.
En el sur de América nacen movimientos que buscan liderar la zona, ser los modelos de toda América o por lo menos de la parte Latina pero basándose en ideas retrógradas ya ensayadas y con resultados no muy bien aceptados.
La búsqueda de identidad mexicana también se ve hacía sí misma, reconociendo de manera crítica su pasado prehispánico y el periodo colonial que mucho tiempo negó, más al ver su pasado novo hispano recuerda su recelo al otro, al español, al extranjero en general que posee numerosos puntos comerciales en el país: hotelero, manufacturero, inclusive alimenticio, agregando la paulatina penetración oriental que no sólo sucede en México sino en todo el mundo.
Así pues, ésta búsqueda se introduce dentro de un proceso mundial de masas, de desacralización lo cual trae consigo la abolición de los mitos y tradiciones por otros de carácter más homogéneo, fáciles de asimilar; quizás exagero en mis apreciaciones pero considero que este proceso da grandes tropiezos.
Los aciertos quedan ocultos bajo el descontento social, el aumento de la incredibilidad en los gobernantes e instituciones públicas de cualquier índole (salud, vivienda, educativa, etc.) La pérdida de la estabilidad socio económica quizás arroje en saco roto lo ganado. Grandes bloques de la sociedad mexicana siguen estando encuadradas bajo el concepto clasista aunque los grupúsculos se han ido desgajando y se tolera más la crítica. Sin embargo, la tradición provinciana aún necesita un empuje para poder tener un cuadro completo. ¿Qué hace falta? A mi ver, hace falta una abolición de esas clases, mayor apertura y crítica de fondo; una renovación de las instituciones comenzando por la política y educativa, mas en lo social se deben resguardar las tradiciones y fortalecerlas, tener un mejor dialogo con el extranjero, no verlo como invasor, todo dentro de un marco definido y claro.
Latino América ya no puede ser un campo experimental, en el caso de México en periodo de juventud, debe iniciar la reflexión antes de tomar completamente su madurez como entidad social y política para luego dejar de ser espectador o manipulación de los otros y por tanto, proponer con entereza.
América nació como un sueño europeo, América es por tanto la tierra joven, la utopía, pero América no mira hacia Europa, mira hacia el norte, su esperanza está en el otro mundo que la puebla: el anglosajón.
En el sur de América nacen movimientos que buscan liderar la zona, ser los modelos de toda América o por lo menos de la parte Latina pero basándose en ideas retrógradas ya ensayadas y con resultados no muy bien aceptados.
La búsqueda de identidad mexicana también se ve hacía sí misma, reconociendo de manera crítica su pasado prehispánico y el periodo colonial que mucho tiempo negó, más al ver su pasado novo hispano recuerda su recelo al otro, al español, al extranjero en general que posee numerosos puntos comerciales en el país: hotelero, manufacturero, inclusive alimenticio, agregando la paulatina penetración oriental que no sólo sucede en México sino en todo el mundo.
Así pues, ésta búsqueda se introduce dentro de un proceso mundial de masas, de desacralización lo cual trae consigo la abolición de los mitos y tradiciones por otros de carácter más homogéneo, fáciles de asimilar; quizás exagero en mis apreciaciones pero considero que este proceso da grandes tropiezos.
Los aciertos quedan ocultos bajo el descontento social, el aumento de la incredibilidad en los gobernantes e instituciones públicas de cualquier índole (salud, vivienda, educativa, etc.) La pérdida de la estabilidad socio económica quizás arroje en saco roto lo ganado. Grandes bloques de la sociedad mexicana siguen estando encuadradas bajo el concepto clasista aunque los grupúsculos se han ido desgajando y se tolera más la crítica. Sin embargo, la tradición provinciana aún necesita un empuje para poder tener un cuadro completo. ¿Qué hace falta? A mi ver, hace falta una abolición de esas clases, mayor apertura y crítica de fondo; una renovación de las instituciones comenzando por la política y educativa, mas en lo social se deben resguardar las tradiciones y fortalecerlas, tener un mejor dialogo con el extranjero, no verlo como invasor, todo dentro de un marco definido y claro.
Latino América ya no puede ser un campo experimental, en el caso de México en periodo de juventud, debe iniciar la reflexión antes de tomar completamente su madurez como entidad social y política para luego dejar de ser espectador o manipulación de los otros y por tanto, proponer con entereza.
1 comentario:
América para los americanos... mugrosa hermeneútica, namás revolviendo y revolviendo.
¿Qué es la esperanza en nuestro país tan podrido?
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