Un día me levantaré, como siempre, y frente a la puerta me preguntaré para qué todo esto: para qué dejar mi frente bajo la mirilla de la puerta y hacer vacilar las sílabas, para qué las puertas al campo, para qué la poesía. Por la mañana habré de despertar, como siempre, y estarán sobre la mesa el vaso de leche, el pan tostado, la mermelada y un par de ojeras en el cuchillo. Por la tarde el desamparo lluvioso al salir de la oficina me hará esperar impaciente, torpe e inaudible. Por la noche, como siempre, no podré sostener mi cuerpo y mi boca estará seca de tanto callar. Ya en la madrugada tendré sueños mezquinos, nidos de pájaros salvajes, ladridos de perros que despertarán a los vecinos, nunca a mí. Un día me levantaré, como siempre, y miraré mis brazos antes de abrir la puerta y nada habrá de mí.
Madrid, 2008
Madrid, 2008
4 comentarios:
Gracias por regalarnos a los internautas (me incluyo) tu esfuerzo y tu tiempo, con estas líneas hermosas
Tienes un futuro prometedor :)
Toda la suerte del mundo
Por nada... gracias por esos comentarios, me hacen redoblar el esfuerzo.
Hola! =D
Generalmente en la búsqueda de nuestros sueños cedemos a la rutina... dormir, desayunar, trabajar, descansar, cenar... dormir y la respuesta a tu pregunta está precisamente en que tan lejos o que tan cerca te encuentras de tu meta.
¿Vale la pena la vida?
Wow!!!, en unas cuantas lineas existe mucho contenido.
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