El sabio ignora lo trágico de la pasión y el temor a la muerte, de la misma manera que desconoce la fuerza y el riesgo, el heroísmo bárbaro, grotesco o sublime [...] No vive nada, no siente nada, no desea ni espera. Se complace en nivelar los diversos contenidos de la vida y asume todas sus consecuencias. Mucho más complejos me parecen aquellos seres que, a pesar de esa nivelación, no cesan sin embargo de atormentarse.E. M. Cioran, En las cimas de la desesperación, Tusquets, México, 2009, p 153
27 de septiembre de 2009
Miseria de la Sabiduría
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