20 de mayo de 2009

Las Palabras, de Armando González Torres

Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas)...
Octavio Paz, "Las Palabras"

Anoche tuve una fiesta privada y mande llamar unas zorras. Las hice chillar, Octavio, vinieron presurosas por dinero y se fueron hasta el amanecer y humilladas. Las había contratado para que me bailaran, para que me inspiraran, pero llegaron con mucha prisa y una actitud poco cooperativa. Querían que me conformara con su pinche espectáculo de siempre, con sus lugares comunes, con su dizque poesía. Yo las interpelé, las exhibí en su putería, las amenacé con el abrecartas, las gomas y el corrector, las obligué a fijarse en mí y a introducirse en la baja estofa de mi alma, a honrar mi saliva, mis pedos y mis respiraciones. Conocí entonces su incapacidad, su descuido, su desaseo, su amasiato con la política y la mercadotecnia, sus clichés y sus ambivalencias. Decidí darles una lección a las cabronas; sin embargo, mientras las desnudaba para ponerles una chinga inolvidable descubrí que, detrás de su aparente frivolidad, detentan una mecánica para prolongar su presencia y poseen un parentesco, aunque sea lejano, con lo perdurable. Les prometí perdonarles la paliza a cambio de una revelación, de un signo, de una esperanza así fuera tenue en mi futuro confundido. Te juro que las hubiera hecho hablar: con placer o con dolor les hubiera arrancado su misterio, pero huyeron en cuanto me quedé dormido. No dejaron ninguna señal, sólo me robaron los billetes de poca monta que guardo en la cartera.

Armando González Torres, Teoría de la afrenta, CONACULTA, México, 2008.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una metáfora divertida y enjundiosa a la salud de lass palabras quee en esta noche eran putas.
Joaquín