No es que la poesía sea desdeñosa, es que no es a ella a quien pretendemos poseer. En nuestro delirio creemos tener sentimientos por ella, pero en realidad es hacia nosotros. Todo lo que pensamos, lo que creemos pensar, no es debido a ella sino a lo que nosotros poseemos, nos pensamos a nosotros mismos creyendo que idolatramos la Poesía. Por eso, dominados por una neurosis lo que atraemos en realidad es la imagen o representación de nosotros mismos, no a la Poesía. Al convocarnos como instrumento nos delineamos de tal manera que lo único que pasa por nuestra mente son las actitudes que tienen tales formas, formas se derivan de nuestro ego y no de la poética que queremos percibir, puesto que, la poesía escapa a la lógica y al entendimiento dado por el ego. Éstos, la lógica y el entendimiento, son limites para la percepción poética y al usarse lo que recibimos son nuestras actitudes mundanas.
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