7 de mayo de 2007

Hacia el poema

Medio día futuro, árbol inmenso de follaje invisible. En las plazas cantan los hombres y las mujeres el canto solar, surtidor de transparencias. Me cubre la marejada amarilla: nada mío ha de hablar por mi boca.

Y se revela que todo está disperso, los acontecimientos dejan de asombrar. Todo es cotidiano. Las altas torres crecen bajo el azul más azul que el azul mismo y debajo nosotros somos como las sombras cubiertas por las sombras.

Cuando la Historia duerme, habla en sueños: en la frente del pueblo dormido el poema es una constelación de sangre. Cuando la Historia despierta, la imagen se hace acto, acontece el poema: la poesía entra en acción.

Fatigado, sediento de cansancio, abro los ojos. Frente a mí la sombra proyecta su cuerpo sobre la mía, entra en mi hueco como la espina de la rosa a la yema de los dedos. Abro los ojos: los vagones duermen y voy de tumba en tumba, busco el sitio donde las lápidas no hablen de mis días, voy a donde las formas no se busquen a sí mismas.

Merece lo que sueñas.

1 comentario:

Ceci dijo...

Soñar es lindo.. pero volver realidad tus sueños es fantastico


Saludos