(después de un golpe a mis ojos de María)
fuego, me has abandonado,
cae humenado tu brasa
a mis pies, al mediodía
¿cesará toda entrega?
Anda, respónde,
calor que se disipa,
la acera de otra calle,
fumarolas llameantes de la noche
¡sacrificios, más sacrificios!
Manar de sangre dulce,
el fragor quiere estar en mi.
Toda brisa pasa temprano,
la arena es remolino,
¿por qué me has abandonado?
Madrid, Noviembre 2006
3 comentarios:
Hola
En este momento puedo pensar en 2 fuegos que te abandonan, uno es el fuego de la pasión del amor, pues sufriste la perdida de alguien a quien aprecias y considerabas tu compañera de vida.
El otro es el fuego de la pasión del ser, eso que nos mueve a hacer las cosas, a escribir, a hablar, y a soñar. Realmente espero que sea el primero, pues el segundo es algo más difícil de reencontrar, ojo que no lo has perdido, simplemente se apaga un poco y corresponde al corazón reencender cualquiera de los dos fuegos, la diferencia es que el primero depende de otra persona, y el segundo depente enteramente de tu voluntad.
Cudiate Doc.
Siempre hay otras luces que se encienden cuando la tuya se apaga.
Lamentablemente cuando uno sufre es cuando uno crese mas internamente y madura.
Si no existiera el dolor seriamos deviles, porque cada ves que nos lastiman, nos hacenmos mas fuertes.
Publicar un comentario