8 de noviembre de 2011

Recordando a Tomás Segovia


A Tomás Segovia (1927 - 2011)

A veces es difícil imaginar otra vez dónde se encontró una sonrisa discreta, una palabra de aliento, un silencio amable. Uno sabe, tarde o temprano, que al volver a determinados sitios nada volverá a ser igual. Hago un repaso y recuerdo una imagen, o más bien, recuerdo un túnel, una boca de metro, una glorieta y la puerta giratoria del Café Comercial. Recuerdo una noche de primavera del dos mil ocho: una librería con las bombillas a media luz, una voz paladeando versos y manos sosteniendo las tapas de un libro reciente.
De esa noche quedan varias anécdotas memorables y las charlas en el Café Comercial, los sábados, a las once o doce del día. Queda en la memoria la voz juvenil, atendida bajo el rumor de los coches de la glorieta de Bilbao por aquella otra de experiencia y vitalidad, mientras la taza de café humeaba la mañana.

Nada volverá a ser igual. Hoy, en la Ciudad de México, se ha ido Tomás Segovia, un enorme poeta, pero sobre todo un hombre memorable.Ha partido quizá para otra vez soñarlo todo, como dijera en uno de los memorables versos de Anagnórisis.
Adiós, Tomás, Adiós.