11 de marzo de 2011

Poema a la patria


Anoche me propuse escribir un poema,
un poema de elevada altura,
armonioso, épico,
de suave aroma de provincia,
un poema hermoso,
de ojos profundos, azules,
de generoso pecho transparente,
un poema que cantara los frutos
y las deslumbrantes ruinas
del corazón vencido.
Me propuse hablar en cada verso
de las gestas de los próceres
que en la plaza lucen
armados, en sus potros
fieros, de aceradas bridas.
Pero, desde luego,
no pude escribir nada,
ni un solitario verso,
ay, olvidé los salmos,
las canciones a la luna,
las dilatadas vacas,
las sagradas letras de los nombres.
Sí, dulce patria mía,
nada pude escribir
de tu fulgor de estrella cuaternaria,
porque, verás, tierra adolorida,
fui al zócalo
y al baile de siempre
y perdí mis papeles y la honra...
y por eso, patria,
nada pude escribir
de las acostumbradas loas
en esta tu fecha
en estos tus doscientos años
de ruina legendaria.

México, 2010